En Tarot Cartomancia conocemos muy bien el tradicional Rider Tarot
Según nos han enseñado los expertos en Tarot Cartomancia, el Tarot Rider Waite fue creado por Arthur Waite, como trabajo que le serviría para el ascenso en la jerarquía de la orden esotérica de la Golden Dawn. Como trabajo fue excelente, al ilustrar los complejos Arcanos Menores que tantos tarotistas del siglo XIX habían aprendido a leer.
El gran aporte de Rider Waite al Tarot Cartomancia moderno, es más que visible.
Como es más que obvio (y así se puede apreciar en esta baraja, en la actualidad), Rider Waite quiso depurar el tarot de las influencias católicas. Lo podemos observar en el hecho de que La Papisa se convirtió en La Sacerdotisa, al tiempo que La Templanza adquirió una simbología esotérica de la Orden de la Masonería, siempre muy involucrada en todo lo que es esotérico.
Sin embargo, no es del todo cierto que se trató de un magnífico trabajo, dado que quedó a mitad de camino, en vista de que ya no disponemos de un Papa, aunque las virtudes cardinales siguen vigentes, gracias al Arcángel que se ve plasmado en El Juicio final y, además, por la presencia de El Diablo que, como es más que obvio, es el gran antagonista de Dios.
Para los expertos de Tarot Cartomancia, El Mago fue objeto de modificaciones sustanciales.
Ese vendedor ambulante propio del Renacimiento, a la vez astuto, habilidoso, mañoso, truhan, zapatero y trilero, se convirtió en ese Mago atiborrado de símbolos esotéricos que, justo es decirlo, no simboliza a un ser humano real, de carne y hueso, así les eleve la autoestima a muchos.
En lo que tiene que ver, esta vez, con El Loco, tenemos a alguien sin arraigo, demente, errante sin rumbo alguno que, con el tarot Rider Waite, se convirtió en un ilustre y bien parecido poeta con una flor en la mano y que, más que tonto y estático, es osado, valiente y arrojado.
Dentro del ámbito del Tarot Cartomancia, en general, los Arcanos de las barajas más recientes, como es el caso del Tarot de Marsella y, por supuesto, el de Rider Waite, son preciosamente renacentistas, además de católicos y europeos.
Por ello es que, precisamente, no son universales más, sin embargo, disponen de una gran coherencia que se ve en su análisis por orden y temáticas de la vida del ser humano promedio y, también, se puede apreciar en el hecho de que permiten una lectura pragmática y aplicada.
De otro lado pero en el mismo sentido conceptual, anotemos que durante mucho tiempo el tarot fue “patrimonio exclusivo” de las clases altas de la sociedad europea. Además de ello, desde el siglo XIV y principios del XV que fue, precisamente, la época en que el tarot arribó a la Europa de la época, se encuentran sermones en los que se les atribuía a las cartas el carácter de demoníacas.
En Tarot Cartomancia nos han enseñado que la iglesia católica de la época y muchos civiles no condenaban al tarot, en un principio.
Durante las primeras dos décadas de la presencia del tarot en la Europa Católica Medieval, el clero y la gran mayoría de los gobernantes civiles no condenaban el tarot. Así, por ejemplo, tenemos que en algunas jurisdicciones el tarot estaba específicamente exento de normativas legales que sí prohibían, por ejemplo, los juegos con cartas.
Sin embargo y conforme transcurrían las décadas, el asunto empezó a cambiar drásticamente, gracias a un desafortunado fenómeno: los amigos de la oscuridad y de la brujería negra, lo empezaron a utilizar para sus propios fines perversos, lo que derivó en una condena general al tarot.
Abstrayéndonos un poco de lo histórico y retomando del tema del tarot Rider Waite, anotemos que cuenta con 78 cartas divididas en Arcanos Mayores y Arcanos Menores. Aclaremos, de paso que la palabra “Arcano” proviene del latín “Arcanum” que significa secreto o misterio.
Los Arcanos Menores son 56 cartas divididas en cuatro Palos, esto es, las “bajas” o “falsas” numeradas del As (1) al diez, más los “honores” o “figuras” que son los tradicionales personajes de la corte, que casi todos conocemos: El Rey, La Reina, El Caballero y La Sota. Esto es Tarot Cartomancia pura.